domingo, octubre 29, 2006

CALMA

Amanecía, y el nuevo sol pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo…
Así comienza la obra de Richard Bach “Juan Salvador Gaviota”.
Y en ese mar tranquilo una barca castigada por el tiempo, está ocupada por una gaviota solitaria, que observa.
En esta fotografía he intentado contrastar el brillo del mar, con la barca deteriorada.